Hogar de Cristo impulsa campaña en beneficio de damnificados

“Es tiempo de dar”.  Así se denomina la campaña emprendida por la Corporación de Viviendas Hogar de Cristo que arrancó a nivel nacional con el objetivo de recaudar fondos para las familias damnificadas de la costa ecuatoriana, que el pasado 16 de abril soportó las consecuencias de un terremoto de 7.8 en la escala de Richter.

Este plan de recolección de recursos integra a organizaciones aliadas, empresas y obras sociales de la Compañía de Jesús en Ecuador y la región. Sin embargo, es también necesario el apoyo de toda la ciudadanía, pues la institución estima construir alrededor de 2 mil viviendas en las diferentes zonas afectadas.

Los aportes nacionales pueden realizarse en la cuenta de ahorros del Banco de Guayaquil #1381029, mientras que las transferencias internacionales se están direccionando a través de la cuenta corriente del Banco del Pacífico #502299-1, utilizando el código IBAN/SWIFT: PACIECEG. Ambas cuentas están a nombre de Corp. Viviendas Hogar de Cristo.

Todo este esfuerzo conjunto busca también la adhesión de al menos 320 voluntarios que se comprometan a un “trabajo de largo aliento”, lo que implica una colaboración que se extenderá hasta diciembre aproximadamente, indicó Luis Távara, director social de Hogar de Cristo.

Pero entusiasmo y voluntad no son suficientes, “requerimos cuerpos de once varas”, agregó.  Para el efecto, la organización está impulsando capacitaciones únicamente para aquellas personas que cuenten con el temple emocional necesario para enfrentar los fuertes escenarios que ha dejado la catástrofe, a trabajar bajo las inclemencias del tiempo, a resistir jornadas de poco descanso, incluso a alimentarse y a beber agua en pocas cantidades.

Quienes estén dispuestos a ayudar, pese a los sacrificios, deberán cumplir con las tres fases que se manejarán en el proceso:

La primera abarca la capacitación de los voluntarios en cuanto a geoposicionamiento de zonas y a las herramientas de investigación que se utilizarán para recolectar información de campo. Asimismo, incluye la formación espiritual de los implicados a fin de que las emociones no logren quebrarlos en el campo de batalla.

Una vez que se determine cómo vivían antes del terremoto las familias afectadas, cómo piensan vivir después, si perdieron su fuente de ingresos, entre otras interrogantes, iniciará la segunda fase del trabajo que consiste en la construcción de las viviendas y otras instalaciones necesarias como letrinas y aulas; la fábrica de Hogar de Cristo es especialista en producir modelos de casas emergentes desde hace 44 años.

En tanto la tercera fase será el monitoreo periódico del trabajo finalizado. Al respecto, Gabriela Arrastúa, directora social de Techo Ecuador, organización que también se ha unido al proceso, señaló que es necesario acompañar constantemente a los damnificados para que generen una expectativa controlada y “entregarles una solución y no un problema”.