Todos somos Ecuador unido

Con mucha ilusión preparábamos la edición 150 dedicada a nuestro principal lector: la familia. Pero, en el camino un terremoto nos movió el piso y redefinió nuestros conceptos, recordándonos que la familia también es el Ecuador unido.

¡Y qué gran familia hemos descubierto en estos días! El hermano con dificultades económicas que se sacó su camisa para regalársela al más necesitado; el sobrino que dejó de comprarse una hamburguesa por botellas de agua y atún para los damnificados; el nieto que acompañó a su abuelo a entregar donaciones, entre muchos casos más.

Pero las víctimas del desastre aún nos necesitan y el apoyo no debe desfallecer. Es por eso que esta edición promueve algunas iniciativas que decenas de ecuatorianos impulsan para que este trabajo de solidaridad dure hasta cuando tenga que durar.

Karla Morales, Carlos Barrionuevo, Roberto Manrique y Manuel Avilés han conseguido identificar las necesidades de diversos sectores afectados y poco atendidos.

No podemos dejar de lado las tareas emprendidas por instituciones como la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y sus arquidiócesis con la recaudación de vituallas y donaciones económicas; Hogar de Cristo que trabaja en la próxima reconstrucción de viviendas; o como la Fundación Sánchez Aguilar que trajo médicos del extranjero para auxiliar a las víctimas.

También está el trabajo de muchos estudiantes universitarios en el exterior, que a través de  páginas de crowdfunding como www.gofundme.com, www.generosity.com, www.giveme5forecuador.com y  www.internationalmedicalcorps.org, han logrado recaudar grandes sumas de dinero que están siendo destinadas a organizaciones de respuesta social, médica, alimenticia.

Y es que es tiempo de trabajar por el país, sin banderas políticas, sin odios, sin sectarismos, sin hacer “turismo solidario”. Dejemos a un lado esas diferencias; ya otros se encargarán de dar el correcto juicio sobre la labor que están realizando las autoridades nacionales y seccionales. Que si el uno pide que no lloren, que si el otro sale sonriendo al entregar ayuda, que si la culpa es del constructor o del dueño de la edificación, nada de eso importa.

Hoy hay que levantar a un país, porque si bien Manabí ha sido la provincia más afectada, también lo han sido Esmeraldas, Los Ríos, Guayas, Santa Elena y muchas otras en las que no debemos minimizar sus daños.

Hoy somos #ECUADORUNIDO porque #LAAYUDACONTINÚA.

Por: Arcadio Arosemena
aarosemena@revistavive.com

“Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano”. 

Papa Francisco. Evangelii Gaudium, 58.